Escuchemos ambas partes
Por Mark Weber
Casi todo el mundo ha oído que los Alemanes mataron a unos seis millones de Judíos en Europa durante la Segunda Guerra Mundial. La televisión, las películas, los periódicos y las revistas americanas nos bombardean con este tema (N.T. El texto original estaba dirigido a los lectores americanos, pero el lector notará que esto es extensible a otros países). En Washington D.C., se ha construido un enorme Museo Oficial del Holocausto.
Durante la pasada década, sin embargo, más y más historiadores "revisionistas", incluidos respetados estudiosos como el Dr. Arthur Butz de la Universidad de Northwestern, el Profesor Robert Faurisson de la Universidad de Lyon en Francia, y el historiador y autor Británico de `best-selllers' David Irving, han estado retando la ampliamente aceptada historia de la exterminación.
No niegan el hecho de que un gran número de Judíos fueron deportados a campos de concentración y guetos, o que muchos Judíos murieron o fueron asesinados durante la Segunda Guerra Mundial. Los estudiosos revisionistas han presentado, sin embargo, considerables evidencias para mostrar que no hubo ningún programa Alemán para exterminar a los Judíos de Europa, que las numerosas afirmaciones de asesinatos masivos en "cámaras de gas" son falsas, y que los estimados seis millones de muertos Judíos en la guerra son una exageración irresponsable.
Muchas afirmaciones del Holocausto abandonadas Los revisionistas indican que la historia del Holocausto ha cambiado en gran parte a lo largo de los años. Muchas afirmaciones de exterminios que fueron ampliamente aceptadas en su momento, se han dejado caer silenciosamente en años recientes.
En un tiempo se alegó que los Alemanes gasearon Judíos en Dachau, Buchenwald y en otros campos de concentración en la misma Alemania. Esta parte de la historia exterminacionista se probó como tan insostenible que fue abandonada hace más de 20 años.
Ningún historiador serio apoya ahora la en su momento supuesta verdad de "campos de exterminio" en el territorio del antiguo Reich Alemán. Incluso el famoso "cazador de nazis" Simon Wiesenthal ha admitido que "no hubo campos de exterminio en suelo Alemán"(1).
Prominentes historiadores del Holocausto ahora afirman que masas de judíos fueron gaseadas en sólo seis campos en lo que es ahora Polonia: Auschwitz, Majnadek, Treblinka, Sobibor, Chelmno y Belzec. Sin embargo, la "evidencia" presentada de los "gaseamientos" en estos seis campo no es cualitativamente distinta de la "evidencia" de los supuestos "gaseamientos" en los campos de la misma Alemania.
En el gran juicio de Nuremberg de 1945-1946 y durante las décadas posteriores al final de la Segunda Guerra Mundial, Auschwitz (especialmente Auschwitz-Birkenau) y Majdanek (Lublin) fueron genéricamente considerados como los más importantes "campos de la muerte". Por ejemplo, los Aliados afirmaron en Nuremberg que los Alemanes mataron a cuatro millones en Auschwitz y a otros 1.5 millones en Majdanek. Hoy, ningún historiador respetable acepta estas fantásticas cifras.
Además, más y más impresionantes evidencias han sido presentadas en años recientes que simplemente no pueden reconciliarse con las afirmaciones de exterminaciones en masa en estos campos. Por ejemplo, un detallado reconocimiento aéreo de la fotografías tomadas de Auschwitz-Birkenau en diversos días aleatorios en 1944 (durante el punto más alto del periodo de exterminaciones en dicho lugar) fueron hechas públicas por la CIA en 1979. No muestran huella alguna de las pilas de cadáveres, ni de chimeneas humeantes, ni de masas de Judíos esperando la muerte, todo lo cual fue afirmado y que hubieran sido claramente visibles si Auschwitz hubiese sido de hecho un centro de exterminio.
Ahora también sabemos que las "confesiones" después de la guerra del comandante de Auschwitz Rudolf Höss, que es una parte crucial de la historia del exterminio del Holocausto, es una declaración falsa que fue obtenida mediante la tortura.(2)
Otras afirmaciones absurdas del Holocausto En su momento también se afirmó seriamente que los Alemanes exterminaron Judíos con electricidad y vapores, y que fabricaron jabón de los cadáveres de los Judíos. Por ejemplo, en Nuremberg los Estados Unidos realizaron la acusación de que los Alemanes mataron a judíos en Treblinka, no en cámaras de gas, como se afirma ahora, sino echándoles vapor hasta la muerte en las "cámaras de vapor".(3)
Estas estrafalarias historias han sido también bastante abandonadas en años recientes.
La enfermedad mató muchos internos La historia de la exterminación del Holocausto es superficialmente creíble. Todos han visto las horrorosas fotos de muertos y de internos muriendo tomadas en Bergen-Belsen, Nordhausen y en otros campos de concentración que fueron liberadas por los fuerzas Británicas y Americanas en las semanas finales de la guerra en Europa. Estas infortunadas personas fueron víctimas, no de un programa de exterminio, sino de la enfermedad y mala nutrición que se produjo por el completo colapso de Alemania en los últimos meses de la guerra. De hecho, si hubiese habido un programa de exterminio, los Judíos encontrados por las fuerzas Aliadas al final de la guerra hubiesen sido asesinadas hace tiempo.
A la vista del avance de las fuerzas Soviéticas, un gran número de Judíos fueron evacuados durante los meses finales de la guerra de los campos y guetos del Este a los restantes campos en la parte occidental de Alemania. Rápidamente, estos campos se atestaron terriblemente, lo que estorbó severamente los esfuerzos de prevención la extensión de las epidemias. Además, el colapso del sistema de transportes Alemán hizo imposible el suministrar adecuadamente comida y medicinas a los campos.
Documentos Alemanes Capturados Al final de la Segunda Guerra Mundial, los Aliados confiscaron una tremenda cantidad de documentos Alemanes relacionados con la política hacia los Judíos durante el periodo de la guerra, a la que en ocasiones se refirieron como la "solución final". Pero ni un solo documento Alemán se ha encontrado nunca refiriéndose a un programa de exterminación. Por el contrario, los documentos muestran claramente que la "solución final" de la política Alemana era la de la emigración y deportación, no la de exterminación.
Considere, por ejemplo, el memorándum confidencial de la Oficina de Exteriores Alemana del 21 de Agosto de 1942 (4) "La presente guerra da a Alemania la oportunidad y también el deber de solucionar el problema Judío en Europa" indica el memorándum. La política de "promover la evacuación de los Judíos (de Europa) en la más próxima colaboración con las agencias del Reichführer de la SS (Himmler) esta todavía en pie" El memorándum indicaba que "el número de Judíos deportados en su camino al Este no son suficientes como para cubrir las necesidades de trabajo".
El documento cita al Ministro de Asuntos Exteriores Alemán, von Ribbentrop, al decir que "al final de esta guerra, todos los Judíos deberán abandonar Europa. Esta ha sido una decisión irrevocable del Führer (Hitler) y así mismo la única forma de dominar este problema, ya que sólo una solución global y comprensiva puede ser aplicada y las medidas individuales no ayudarían mucho."
El memorándum concluye indicando que las "deportaciones (de los Judíos al Este) son un paso más en el camino a la solución final... La deportación al Gobierno General (Polaco) es una medida temporal. Los Judíos serán transportados más allá a los territorios (Soviéticos) ocupados tan pronto como se den las condiciones técnicas."
Este ambiguo documento, y otros como este, han sido suprimidos rutinariamente o ignorados por aquellos que sostienen la historia del exterminio del Holocausto.
Testimonios no fidedignos Los historiadores del Holocausto se basan fuertemente en el llamado "testimonio del superviviente" para apoyar la historia de la exterminación. Pero tal "evidencia" es notoriamente no fidedigna. Como un historiador Judío ha apuntado, "la mayoría de las memorias e informes (de los "supervivientes del Holocausto") están llenas de palabrería absurda, de exageración, de efectos dramáticos, de auto-inflada sobreestimación, de filosofar diletante, de un `será' lirismo, de rumores no comprobados, de predisposiciones, de ataques partisanos y de apologías" (5)
Hitler y la `Solución Final' No hay evidencia documental de que Adolf Hitler diera alguna vez una orden de exterminar a los Judíos, o de que conocieses de programa de exterminación alguna. Por el contrario, los informes muestran que el líder Alemán quería que los Judíos abandonasen Europa, por emigración si era posible y por deportación si fuera necesario.
Un documento encontrado tras la guerra en los ficheros del Ministerio de Justicia Alemán informa de sus ideas sobre los Judíos. En primavera de 1942, el Secretario de Estado Schlegelberger indicó en un memorándum que el Jefe de la Cancillería de Hitler, el Dr. Hans Lammers, le informó: "El Führer le ha declarado repetidamente a Lammers que quiere ver la solución del problema Judío pospuesta hasta que la guerra terminase." (6)
Y el 24 de Julio de 1942, Hitler enfatizó su determinación de remover a todos los Judíos de Europa tras la guerra: "Los Judíos están interesados en Europa por razones económicas, pero Europa los rechaza, aunque sólo por propio interés, porque los Judíos son más duros racialmente. Después que haya finalizado esta guerra, mantendré rigurosamente la idea ... de que los Judíos han de abandonar y emigrar a Madagascar o a otro estado nacional Judío." (7)
La SS de Himmler y los Campos Los Judíos eran una parte importante en la mano de obra de la Alemania bélica, y era el propio interés de Alemania el mantenerlos vivos.
La cabeza de la oficina de administración del campo de la SS envió una directiva fechada el 28 de Diciembre de 1942, a todos los campos de concentración, incluido Auschwitz. Criticó claramente el alto índice de muertes entre los internos debido a enfermedad, y ordenó que "los médicos deben utilizar todos los medios a su disposición para reducir significativamente el índice de muertes en los diversos campos." Además, ordenó: "Los doctores de los campos deben supervisar más frecuentemente que en el pasado la nutrición de los prisioneros y, en cooperación con la administración, proponer recomendaciones de mejoras a los comandantes del campo... Los doctores de los campos han de ver que las condiciones de trabajo en los diversos campos de trabajo han de ser mejoradas lo más posible."
Finalmente, la directiva enfatiza que "El Reichsführer de la SS (Himmler) ha ordenado que el índice de muertes debe ser reducida absolutamente." (8)
La cabeza del departamento de la SS que supervisó los campos de concentración, Richard Glücks, mandó una carta circular a cada comandante de campo fechada el 20 de Enero de 1943. En ella se ordenaba: "Como ya he indicado, todos los medios han de ser tomados para disminuir el índice de muertes en el campo." (9)
¿Seis Millones? No hay evidencia real de la incesantemente repetida afirmación de que los Alemanes exterminaron a seis millones de Judío. Es claro, sin embargo, que millones de Judíos "sobrevivieron" al mandato Alemán durante la Segunda Guerra Mundial, incluyendo a muchos que fueron internados en Auschwitz y en los llamados "campos de exterminio." Este hecho solo debería aflorar serias dudas sobre la historia exterminacionista.
Un periódico líder de la neutral Suiza, el diario Baseler Nachrichten, estimaba cuidadosamente en Junio de 1946 que no más de 1,5 millones de Judío Europeos pudieron haber muerto bajo el mandato Alemán durante la guerra.(10)
'Holocaustomanía' de un lado Incluso después de más de 40 años, la corriente de películas y libros del Holocausto no muestran ningún signo de decrecer.
Esta implacable campaña en los medias, que el historiador Judío Alfred Lilienthal llama "Holocaustomanía", representa el destino de los Judíos durante la Segunda Guerra Mundial como el evento central de la historia. No hay fin a las fuertemente alargadas películas, los simplistas especiales de televisión, las vengativas cazas de "criminales de guerra Nazis", los "cursos educacionales" desde un sólo punto de vista y las auto-honestas apariciones de políticos y celebridades en "actos de memoria" del Holocausto.
El jefe de los rabinos Británicos, Immanuel Jakobovits, ha descrito de modo exacto la campaña del Holocausto como "una entera industria, con atractivos beneficios para escritores, investigadores, productores de películas, constructores de monumentos, diseñadores de museos e incluso políticos." él añadió que algunos rabinos y teólogos son "socios en este gran negocio".(11)
Las víctimas no-Judías, simplemente no merecen la misma preocupación. Por ejemplo, no hay actos en memoria de Americanos, "centros de estudio", o cumplimientos anuales para las víctimas de Stalin, que sobrepasan de largo las de Hitler.
¿A quién beneficia? El perpetuo relámpaguear del Holocausto en los medias es rutinariamente usado para justificar el enorme apoyo Americano a Israel y para excusar las de otro modo inexcusables políticas de Israel, incluso cuando éstas afectan a los intereses Americanos.
La sofisticada y bien-financiada campaña del Holocausto en los medias es de importancia crucial para los intereses de Israel, que debe su existencia a los masivos subsidios anuales de los contribuyentes Americanos. Como el Profesor W.D.Rubinstein de Australia cándidamente reconoció: "SI el Holocausto puede ser mostrado como lo que es, un `Mito Sionista', la más poderosa de todas las armas de la propaganda de Israel se colapsa."(12)
La maestra de historia Judío Paula Hyman de la Universidad de Columbia ha indicado: "En referencia a Israel, el Holocausto puede ser usado para prevenir la crítica política y suprimir el debate; refuerza el sentimiento de los Judíos como un pueblo eternamente sitiado que sólo puede confiar para su defensa en ellos mismos. La invocación del sufrimiento soportado por los Judíos bajo los Nazis frecuentemente ocupa el lugar del argumento racional, y se espera que convenza a los dudosos de la legitimidad de la actual política del gobierno Israelí."(13)
Una gran razón por la que la historia del Holocausto ha demostrado ser tan duradera es que los gobiernos de las mayores potencias también tienen un especial interés en mantenerla. Las potencias victoriosas de la Segunda Guerra Mundial -los Estados Unidos, la Rusia Soviética y Gran Bretaña- tienen un interés en representar al derrotado régimen de Hitler lo más negativamente posible. Cuanto más malvado y satánico parezca el régimen de Hitler, más noble y justificada aparecerá la causa Aliada.
Para muchos Judíos, el Holocausto se ha convertido en un floreciente negocio y en una especie de nueva religión, como el célebre autor y editor de periódicos Judío Jacobo Timerman apuntó en su libro, The Longest War (N.T.: La Guerra más larga). Él informa que muchos Israelitas, usando la palabra Shoah, que en hebreo significa Holocausto, bromean que "No hay negocio como el negocio de Shoah".(14)
La campaña de la historia del Holocausto en los medias retrata a los Judíos como víctimas totalmente inocentes, y a los no-Judíos como moralmente retardados y seres de poca confianza que pueden convertirse fácilmente en asesinos Nazis bajo las circunstancias adecuadas. Este beneficioso, pero distorsionado, retrato está hecho para reforzar la solidaridad Judía de grupo y su propia conciencia.
Una lección clave de la historia del Holocausto para los Judíos es que los no-Judíos nunca son completamente de fiar. Si un pueblo tan culto y educado como los Alemanes pudieron volverse contra los judíos, sigue así el pensar, entonces seguro que no se puede confiar totalmente en ninguna nación no-Judía. El mensaje del Holocausto es de esta manera un menosprecio a la humanidad.
Holocausto, Traficante de Odio La historia del Holocausto es usado a veces para promover odio y hostilidad, particularmente contra el pueblo Alemán como un todo, contra los Europeos del Este y contra el liderato de la Iglesia Romana y Católica.
El conocido escritor Judío, Elie Wiesel, que estuvo internado en Auschwitz, presidente del Consejo Oficial Americano de Memoria del Holocausto, recibió en 1986 el Premio Nobel de la Paz. Este dedicado Sionista escribió en su libro, Legends of Our Time (N.T.: Leyendas de Nuestro Tiempo): "Todo Judío, en alguna parte de su ser, debería apartar una zona de odio -sano, viril odio- para lo que Alemania personifica y para lo que persiste en los Alemanes." (15)
Dejemos ser escuchadas a ambas partes Como incluso los defensores de la historia ortodoxa del Holocausto admiten, el escepticismo sobre la historia del Holocausto ha crecido dramáticamente en los años recientes.
Respondiendo a esta moda, administraciones en algunos países -- incluyendo Francia e Israel -- han hecho que sea un crimen el retar la historia 'oficial' del Holocausto. Revisionistas en Francia y Alemania han sido fuertemente multados por sus opiniones. Maestros en los Estados Unidos y en otros lugares han sido sumariamente destituidos de sus posiciones por atreverse a dudar de la historia del Holocausto. Salvajes criminales han atacado brutalmente a prominentes revisionistas del Holocausto; uno fue incluso asesinado por sus opiniones.
A pesar de las desesperadas restricciones sobre la libertad de expresión, de los frenéticos ataques de los medias contra aquellos que "niegan el Holocausto", una campaña de medias que parece perpetuarse, e incluso los ataques físicos, un considerable progreso se está haciendo. Más y más personas atentas en los Estados Unidos y de todo el mundo están deseando expresar dudas acerca de al menos algunas de las más sensacionales afirmaciones del Holocausto.
Resumen La historia de la exterminación del Holocausto se está destruyendo al conocerse mejor las evidencias suprimidas, y al concienciarse más gente de los hechos sobre lo que es ciertamente el más alborotador y politizado capítulo de la historia moderna.
Manteniendo artificialmente los odios y las pasiones del pasado impide una genuina reconciliación y una paz duradera.
El revisionismo impulsa conciencia histórica y comprensión internacional. Eso es por lo que el Institute for Historical Review (N.T.: Instituto de Revisionismo Histórico) es tan importante y merece su apoyo.
Notas:1. Books and Bookmen, London, Abril 1975, pág.5, y en Stars and Stripes (Europe), 24 de Enero de 1993, pág.14.
2. Ruper Butler, Legions of Death (England: 1983), pág.235-237, y R.Faurisson, Journal of Historical Review, Invierno 1986-87, pág.389-403.
3. Nuremberg documento PS-3311 (USA-293). IMT series azules, Vol. 32, pág.153-158; IMT, Vol.3, pág. 566-568.; NMT series verdes, Vol.5, pág.1133,1134.
4. Nuremberg document NG-2586-J. NMT series verdes, Vol. 13, pág. 243-249.
5. Samuel Gringauz en Jewish Social Studies (New York), Enero 1950, Vol.12, pág.65.
6. Nuremberg documento PS-4025. D. Irving, Göring: A Biography (New York:1989), pág. 349.
7. H. Picker, Hitlers Tischgesprche im Fuehrerhaupt quartier (Stuttgart:1976), pág.456.
8. Nuremberg documento PS-2171, Anexo 2; NC and A series rojas, Vol.4, pág.833-834.
9. Nuremberg documento NO-1523; NMT series verdes, Vol. 5, pág. 372-373.
10. Baseler Nachrichten, 13 de Junio de 1946, pág.2.
11. H. Shapiro, "Jakobovits," Jerusalem Post (Israel), 26 de Nov. de 1987, pág.1.
12. Quadrant (Australia), Sept.1979, pág.27.
13. New York Times Magazine, 14 de Sept. de 1980, pág.79.
14. The Longest War (New York: Vintage, 1982), pág.15.
15. Legends of Our Time (New York: Schocken Books, 1982), pág.12, pág.142.
Mark Weber es editor del Journal of Historical Review (Diario para el Revisionismo Histórico), publicado por el Institute for Historical Review (Instituto de Revisionismo Histórico). Ha estudiado historia en la Universidad de Illinois (Chicago), la Universidad de Munich, la Universidad estatal de Portland, y en la Universidad de Indiana (M.A., 1977). En Marzo de 1988, durante cinco días, testificó como un reconocido experto en la "solución final" y el asunto del Holocausto en el caso de la Corte de Distrito de Toronto. Es autor de numerosos artículos publicados, revisiones y ensayos sobre varios aspectos de la historia moderna Europea. Weber ha sido invitado a numerosos programas de radio, y al programa de difusión nacional de televisión "Montel Williams".
La versión original de este documento: The Holocaust: Let´s hear both sides, publicado por Institute for Historical Review in California:
http://www.ihr.org